dimecres, 8 de desembre del 2010

LA AGRICULTURA PARA EL DESARROLLO SEGÚN EL BANCO MUNDIAL

Cristina Trujillo
Luis Monroy

1. INTRODUCCIÓN (EL IDM)

Para la realización de este documento nos hemos basado en el Informe sobre el desarrollo mundial (IDM) que anualmente presenta el Banco Mundial. Cada edición es de una temática diferente, específica y de interés para el desarrollo. La publicación del 2008 se centró en la Agricultura para el Desarrollo (lo cual no se hacía desde 1982).

El IDM no es una estrategia, sino un estudio consultado, que los gobiernos y agencias pueden usar para informar sus decisiones. Es de gran interés en la re-orientación de inversiones para el desarrollo agrícola, y requiere de mayor deliberación y acuerdos consensuados de manera que se garantice la unificación y el apoyo mutuo.

Cabe destacar, que este documento no es una receta que establezca y marque los pasos a seguir, es importante saber que es un análisis donde “únicamente” se sugieren diferentes caminos a seguir.

Es un estudio muy amplio y global que abarca gran cantidad de actividades y aspectos de la agricultura mundial.

Dicho informe es el resultado de un proceso exhaustivo de consultas durante un periodo de dos años.

En el informe sobre el Desarrollo Mundial 2008 han categorizado los países en tres mundos a la hora de estudiar y analizar los diversos aspectos de la agricultura para el desarrollo: uno principalmente agrícola, uno en proceso de transformación y otro urbanizado. En cada uno de ellos, el modo en que el programa de agricultura para el desarrollo procura lograr crecimiento sostenible y reducción de la pobreza es diferente.

2. CATEGORIZACIÓN DE PAÍSES

2.1. Países agrícolas

En los países principalmente agrícolas, entre los que se cuentan la mayoría de los de África subsahariana, la agricultura y las industrias vinculadas a ella son esenciales para el crecimiento y la reducción en gran escala de la pobreza y la falta de seguridad alimentaria.

Para utilizar la agricultura como base del crecimiento económico en los países principalmente agrícolas, se requiere una revolución de la productividad de los pequeños establecimientos agrícolas. Dada la particularidad de la agricultura y las instituciones de África subsahariana, dicha revolución tendrá que ser distinta de la Revolución Verde que se produjo en Asia. Hallar el modo de llevarla a la práctica después de muchos años de escaso éxito sigue siendo un gran desafío. Pero las condiciones han cambiado, y son muchos los resultados favorables que se han logrado en el ámbito local y las nuevas oportunidades a partir de las cuales se puede avanzar.

2.2. Países en proceso de transformación

Estos incluyen la mayoría de los de Asia meridional y oriental y de Medio Oriente y África septentrional, la creciente disparidad de ingreso entre las zonas rurales y urbanas y la persistencia de la pobreza extrema en áreas rurales son importantes fuentes de tensión social y política. El problema no puede abordarse de un modo sostenible mediante prácticas proteccionistas que aumentan el precio de los alimentos (dado que un gran número de personas pobres son compradoras netas de alimentos) o a través de subvenciones. Para resolver las disparidades de ingreso en los países en proceso de transformación se requiere un enfoque integral que abra diversos caminos de salida de la pobreza: el paso a la agricultura de alto valor, la descentralización de la actividad económica no agrícola hacia zonas rurales y el suministro de asistencia para que parte de quienes se dedican a la agricultura pasen a otros sectores. Esto requiere iniciativas innovadoras y un fuerte compromiso político, pero puede beneficiar a 600 millones de personas pobres de las zonas rurales de todo el mundo.

2.3. Países urbanizados

En los países urbanizados, que comprenden casi toda América Latina y gran parte de Europa y Asia central, la agricultura puede ayudar a reducir la pobreza rural que aún persiste si los pequeños agricultores se convierten en proveedores de los mercados modernos de alimentos, si se generan buenos empleos en la agricultura y la agroindustria y se introducen mercados para los servicios ambientales.

3. PROPUESTAS GENERALES

3.1. ¿Qué puede hacer la agricultura en favor del desarrollo?

La agricultura posee características que hacen de ella un instrumento singular para el desarrollo. El sector agrícola puede trabajar en coordinación con otros sectores para generar mayor crecimiento, reducir la pobreza y lograr la sostenibilidad del medio ambiente.

La agricultura contribuye de muchos modos al desarrollo. Contribuye en su calidad de actividad económica, como medio de subsistencia y como proveedora de servicios ambientales, todo lo cual convierte al sector en una herramienta singular para el desarrollo.

· Como actividad económica. La agricultura puede ser una fuente de crecimiento para la economía nacional, crear oportunidades de inversión para el sector privado e impulsar en gran medida las industrias relacionadas con la agricultura y la economía rural no agrícola. Dos tercios del valor agregado de la agricultura se generan en los países en desarrollo. En los países agrícolas, la actividad es responsable, en promedio, del 29% del producto interno bruto (PIB) y emplea al 65% de la fuerza laboral. Las industrias y los servicios vinculados con la agricultura en las cadenas de valor a menudo representan más del 30% del PIB en los países en proceso de transformación y los urbanizados. La producción agrícola es importante para la seguridad alimentaria, puesto que es una fuente de ingresos para la mayoría de la población rural pobre. Es particularmente crucial en una docena de países de África subsahariana que en conjunto representan aproximadamente 200 millones de personas. Se trata de países cuya producción nacional es sumamente variable y donde los alimentos básicos son poco comercializables y las restricciones cambiarias impiden satisfacer la necesidad de alimentos mediante importaciones. Estos países están expuestos a emergencias alimentarias recurrentes y a las incertidumbres de la ayuda en alimentos. Para ellos es esencial incrementar y estabilizar la producción nacional con el fin de garantizar la seguridad alimentaria.

· Como medio de subsistencia. Se estima que la agricultura es el medio de vida del 86% de la población rural. Ofrece empleo a 1.300 millones de pequeños productores y trabajadores sin tierra, brinda “bienestar social financiado por el sector agrícola” en los casos de crisis urbanas y es la base de las comunidades rurales viables. De los 5.500 millones de habitantes del mundo en desarrollo, 3.000 millones viven en zonas rurales, es decir, casi media humanidad. De esta población rural, aproximadamente 2.500 millones pertenecen a hogares que desarrollan actividades agrícolas y 1.500 millones a hogares de pequeños agricultores. La reciente disminución de la tasa de pobreza de quienes subsisten con US$1 al día en los países en desarrollo (del 28% en 1993 al 22% en 2002) se ha debido principalmente a la reducción de la pobreza rural (del 37% al 29%), mientras que la tasa de pobreza urbana se ha mantenido casi constante (en un 13%). Más del 80% de la disminución de la pobreza rural puede atribuirse a que las condiciones en las zonas rurales han mejorado, y no a que los pobres han abandonado esas áreas. En consecuencia, y a pesar de la impresión general, la migración a las ciudades no ha sido el principal instrumento para la reducción de la pobreza en las zonas rurales (y en el mundo).

La gran disminución del número de pobres en las zonas rurales (de 1.036 millones en 1993 a 883 millones en 2003) se ha limitado a Asia oriental y Pacífico (gráfico 1, página 3). En Asia meridional y África subsahariana, el número de pobres en las zonas rurales ha continuado aumentando y es probable que exceda la cantidad de pobres de las zonas urbanas para 2040. En estas regiones, es prioritario movilizar la agricultura en pos de la reducción de la pobreza.

· Como proveedor de servicios ambientales. Al utilizar los recursos naturales (a menudo de un modo inadecuado), la agricultura puede generar resultados ambientales positivos y negativos. Es con mucho la actividad que consume más agua, por lo que contribuye a la escasez de este recurso. Tiene un papel preponderante en el agotamiento de las aguas subterráneas, la contaminación por agroquímicos, el desgaste del suelo y el cambio climático mundial, dado que es responsable de hasta un 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero también es un proveedor fundamental de servicios ambientales, que generalmente no se reconocen ni se remuneran, como la retención del carbono, la ordenación de las cuencas hidrográficas y la preservación de la diversidad biológica. Con la creciente escasez de recursos, el cambio climático y la preocupación por los costos ambientales, no es posible continuar con el modo habitual de utilizar los recursos naturales en la agricultura. Resulta imperioso lograr que los sistemas de explotación agrícola de los pobres en las zonas rurales se vuelvan menos vulnerables al cambio climático. El manejo de los vínculos entre agricultura, conservación de los recursos naturales y medio ambiente debe ser parte integral del uso de la agricultura para fines de desarrollo.

3.2. ¿Qué herramientas son eficaces al utilizar la agricultura para el desarrollo?

3.2.1. Aumentar el acceso a los activos.

Tierra: Mercados eficientes, derechos de propiedad, flexibilidad legal. Acceso al crédito y redes de protección. Sostenibilidad. Reforma agraria.

Agua: Mejorar los sistemas existentes, ampliando los de menor envergadura y aumentando la captación de agua.

Educación, “el activo más valioso”: Transferencia de efectivo condicionadas a la asistencia a la escuela. Invertir más en la calidad de la educación rural.

Salud: Se reduce en gran medida la productividad y se diezman los medios de subsistencia. Aumenta el riesgo de paludismo. 355 mil muertes por intoxicación de plaguicidas. Mayor coordinación entre programas agrícolas y sanitarios.

3.2.2. Aumentar la productividad y la sostenibilidad de los pequeños establecimientos agrícolas

-Mejorar los incentivos de precios e incrementar la calidad y cantidad, de la inversión pública.

-Mejorar el funcionamiento de los mercados de productos.

-Ampliar el acceso a servicios financieros y de seguridad para disminuir el riesgo.

-Mejorar el desempeño de las organizaciones de productores.

-Promover la innovación a través de la ciencia y tecnología.

-Lograr que la agricultura sea más sostenible.

3.2.3. Diversificar las fuentes de ingreso y
facilitar la migración exitosa hacia otros sectores

Generación de empleo bien remunerado o migración exitosa a la ciudad.

Educación de calidad, normas laborales claras, eliminar la discriminación entre hombres y mujeres, incentivos para que los padres eduquen a sus hijos.

Hay dos lados en la inversión en capital humano: Por el lado de la demanda, existe el problema de los incentivos de los padres a invertir más en la educación de sus hijos. Por el lado de la oferta, existe el problema de mejorar la disponibilidad y calidad de las escuelas

Establecer redes de protección porque:

-Reducir el costo de la gestión del riesgo y el peligro de descapitalización como respuesta a las crisis.

-Las pensiones rurales sin afiliación protegen a los ansíanos y permiten el traspaso de tierras a los trabajadores más jóvenes. Efecto en el bienestar y la educación de los nietos.

-Salario garantizado y ayuda alimentaria o trasferencia de efectivo, funcionan como seguro en tiempos de crisis pero deben ser gestionados de manera que no perjudiquen el mercado laboral local ni creen dependencia a largo plazo.

3.3. ¿Cuál es la manera más adecuada de llevar a la práctica los programas de agricultura para el desarrollo?

Los programas deben estar adecuados a las características de cada país, sobre la base de 4 objetivos (fig. 1), que formen un rumbo de políticas con fines generales para cada tipo de país:

a) Países agrícolas: lograr el crecimiento y la seguridad alimentaria.

b) Países en proceso de transformación: reducir la disparidad de ingreso entre zonas rurales y urbanas y la pobreza rural.

c) Países urbanizados: vincular a los pequeños agricultores con los mercados de alimentos y generar buenos empleos.

Figura 1

Deben tener cuatro características:

Deben ser integrales al orientarse a los 4 objetivos a la vez, diferenciados para cada país o región, sostenibles económica y ecológicamente, y viables, tanto financiera como administrativamente.

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